Cuando emprendí el camino de la adopción hace 10 años una de las cosas que creía tener más claras era que yo sería la única madre de mis hijos. Hablaba con otras madres adoptantes y decíamos cosas como “madre es la que cría”, “madre es la que cuida”, “madre es la que ejerce”… y buscábamos juntas en aquella larga espera una manera de nombrarla.Buscábamos maneras de referirnos a ella cuando nuestros hijos nos preguntaran. Sabíamos que llegaría el momento.¡Pero ignorábamos tantas cosas!
Entonces todas teníamos como tatuado el “madre no hay más que una”. Ahora sé que en adopción esto no es así. Pero hay que asumirlo y no es fácil.
Después de tener a mis hijos, tuve que evolucionar, tuve que afrontar desde muy pronto la existencia e importancia de su madre biológica porque ella estaba en el corazón de mi hija y no podía eludirla, ni apartarla, ni mostrarles mis sentimientos encontrados con ella.Tuve que hacer una labor de transformación que casi ha sido una metamorfosis.
Después de tener a mis hijos, tuve que evolucionar, tuve que afrontar desde muy pronto la existencia e importancia de su madre biológica porque ella estaba en el corazón de mi hija y no podía eludirla, ni apartarla, ni mostrarles mis sentimientos encontrados con ella.Tuve que hacer una labor de transformación que casi ha sido una metamorfosis.
Y con cada uno de mis hijos ha sido distinto, pese a ser hermanos biológicos sus vivencias, su actitud y reacciones han sido muy diferentes. Como en casi todo, lo que me sirve para uno no me funciona con el otro.
En AFAM Asociación De Familias Multiétnicas (Granada) me han pedido que cuente cómo ha sido ese viaje
Será en Granada el día 14 de mayo a las 16:45h en el Centro Cultural Caja de Granada.
Hablaremos, si os apetece, de esa trasformación, de ese recorrido desde “la señora que te tuvo en su barriga” a “tu madre de nacimiento”.
Estoy deseando compartir mi experiencia y conocer y aprender de las de otras madres.