-¡Anda! ¿Y tú que has dicho?
Que estaban tontas, que lo que pasa es que como mi madre, la
que me tuvo en su barriga, no me podía cuidar, me llevaron a un orfanato con
otros niños que sus madres estaban también malas y entonces vinieron Eduardo y
Mercedes para cuidarme y ser mis padres para siempre.
Su tono de voz era tranquilo, su mirada era hasta divertida. L. y L. son sus compañeras desde hace 5 años y como Nacho le preguntó a su maestra
que si iba a ir a ver a su mamá a una librería donde iba a contar un cuento que se llama ¿Yo tengo dos mamás? L. y L. -que no pierden comba-, escogieron ese calificativo tan
poco amable para aclarar a su manera aquello
de las ” dos mamás”.
-Mamá tu eres muy de verdad... ¡y yo...! ¡o es que yo soy de juguete...! yo soy tu hijo de verdad, de carne y hueso. (y se pellizca la barriga) L. es una mandona –me explica mi hijo- pero a veces me cae bien y L. (la otra) siempre trata de molestarme porque a mí ella no me gusta. Yo a quien quiero (y desde hace años) es a M.
Y bueno… mientas mi hijo tenga las cosas tan claras y las cuente y nos las cuente con esa naturalidad, creo que podemos estar tranquilos.