Ir a una celebración, una comida familiar o simplemente salir por ejemplo a comer en familia siempre debe
ser momento feliz, agradable y de armonía.
Pero ésta buena intención puede tornarse contraria cuando los niños
suelen ponerse muy inquietos, hacen rabietas o rechazan la comida, los padres
terminan alzándoles la voz, castigándolos o marchándose a casa, terminando mal
lo que tendría que haber sido un buen momento familiar.
También ocurre que
los padres deciden llevar a sus hijos a comer en centros de comida rápida ya
que ahí los chicos pueden jugar y comen la comida que les
gusta. Pero eso no puede ser siempre así. Aquí van algunas sugerencias
que puedan ayudar a que el niño esté más regulado en situaciones como éstas y
vuelva el motivo original de salir a comer en familia: el pasar un momento agradable
juntos, disfrutando de ser familia.
Primero, hay que tener en cuenta que la mayoría de los restaurantes cuentan con una
amplia gama de estímulos sensoriales que pueden fácilmente sobrecargar
sensorialmente al niño, volviéndolo irritable o muy inquieto. Otra cosa es que
muchas familias van de paseo a grandes centros comerciales con gran cantidad de
estímulos (sonidos, personas, luces, olores, etc) y quieren -luego de ése paseo
con alta cantidad de estímulos- sentarse para comer en familia, lo cual va a
ser más difícil para el niño.
Segundo, no se trata de "mantener tranquilo al niño" (lo que muchos padres
pueden lograr dándole el móvil o la tablet para que se entretenga) sino de
brindarle herramientas para que logre "autoregularse", ya que sólo
así será más fácil para él poder enfrentar éste tipo de situaciones en el
futuro.
Otra idea que me parece fundamental es que antes de salir a comer, podemos involucrar
al niño en actividades que los terapistas ocupacionales llamamos de
"trabajo pesado" como saltar como sapos estando en cuclillas, caminar
haciendo carretilla humana o tareas caseras como ordenar sus juguetes o
trasladar libros. Éste tipo de actividades favorecen la relación atención-control del cuerpo.
En algunos casos y de acuerdo a la edad del niño, el utilizar un mordedor es una gran
alternativa para que el niño "canalice su necesidad de moverse" a
través de la boca. Una alternativa en ésta misma línea es hacerle picar gusanitos o frutos secos mientras llegua la comida.
Otra idea es el poder llevar plastilina o juguetes
con mucha textura para que el niño pueda manipular estando sentado.
Nuevamente la necesidad de movimiento se va a canalizar por el aspecto
sensorial tactil.
También pueden considerar que el niño tome jugo de una cañita mientras llega la
comida.
Promover técnicas de respiración profunda.
Darle pan, un masticable (no dulce) o algún
alimento no tan suave mientras esperan la comida.
Si el niño ya está un poco inquieto en la mesa, podemos hacer un "tiempo .fuera"llevándolo al baño.
Otra alternativa puede ser ir con uno de los padres a hacer una caminata alrededor de la zona de estacionamiento
del restaurante para luego volver a sentarse en la mesa.
Es importante identificar qué sensaciones son las que más pueden alterar al
niño ya que a partir de allí las estrategias e ideas tendrán mayor efectividad.
Siempre repito que es bueno siempre consultar con el terapeuta
ocupacional que ve directamente al niño sobre las sugerencias más adecuadas
para el niño.
Fuente: https://www.facebook.com/RedSensorial